Se busca con este edificio la excelencia y el buen Gusto. Se aspira que sea la expresión física de la nueva Colombia, era de la apertura, de la competitividad. Con arquitectura que sea universal, pero de carácter colombiano, expresión de la construcción industrial, símbolo e imagen de un proyecto de avanzada, dotado de las últimas tecnologías y comodidades.

Será un lugar de accesos, una puerta donde se manejan flujos de gente y objetos. El bloque principal cerrado hacia fuera se convertirá en el símbolo, apoyado por una gran escultura del maestro Edgar Megret, combinando así, una manifestación cultural y una organización administrativa. Abierto hacia adentro refleja el compromiso colombiano con el comercio exterior, es una ventana al futuro.

La propuesta permite flexibilidad para hacer la obra por etapas, logrando que cada nuevo edificio sea parte de una unidad última, que se fortalece.

Lo que se estaba originalmente pensando como un conjunto de varios edificios se convirtió en un bloque frontal de islas y cerrado, con perforaciones que marcan el acceso de mercancías de volúmenes pesados, y el ingreso de personal de forma masiva. El segundo piso de este gran bloque está destinado a oficinas que tienen vista hacia el interior de la zona industrial.
En síntesis, se propuso un solo edificio principal de 100 metros de largo, cerrando al exterior que simbólicamente expresa la filosofía de las zonas francas que consisten en áreas con normas diferentes a las del país. Para darle interés a esta gran muralla de color se hicieron explícitos dos elementos: la entrada, como un edificio de vidrio, y en la plaza de acceso una escultura del artista Edgar Negret, a gran escala